Foto | Cortesía Memo Gómez | LA PATRIA
Luchando por sobrevivir, foto de Memo Gómez ganadora el año pasado el XV Concurso de Fotografía Ambiental de Corpocaldas en la categoría Fauna.
Antes de emprender en enero su tercera expedición a la Antártica, el fotógrafo de naturaleza chileno Jean Paul de la Harpe, con 20 años de experiencia, visitó por primera vez un país en el trópico: Colombia.
“Todo esto era una caja negra para mí, he visto miles de fotos. Como biólogo y amante de la naturaleza es empezar a ver una diversidad brutal de colores, en Chile tenemos especies, pero son bastante más crípticas”, expresó.
Él y el fotógrafo paisa Memo Gómez, ganador el año pasado del Concurso de Fotografía Ambiental de Corpocaldas, lideraron la experiencia Sony Alpha durante el Décimo Congreso de Aviturismo en Manizales, entre 11 y 13 de noviembre en el Recinto del Pensamiento. Además dictaron un taller especializado en el que compartieron recomendaciones en la creación de imágenes con aves.
Ambos coincidieron que el desarrollo de la tecnología, como tener cámaras mirrorless o sin espejo, que cuentan con sensores que logran enfocar los ojos de los pájaros, les facilita su proceso creativo para lograr imágenes que cuenten una historia y transmitan emociones.
Tres etapas en la fotografía creativa
Foto | Cortesía Congreso de Aviturismo | LA PATRIA
El fotógrafo chileno Jean Paul de la Harpe enfatiza que hay que pasar de la fotografía reactiva a la creativa. “Uno parte disparando impulsivamente fotos. Reaccionas, se cruzó algo, tomas la cámara y disparas, no piensas mucho en lo que estás haciendo”, señala.
Aunque en la naturaleza hay momentos inesperados, no se puede depender de ellos. “Hay que desarrollar algo sólido y consistente”. Agrega que si ya se han pensado en ciertas situaciones, eso evita la improvisación.
El biólogo chileno describe las tres etapas en su proceso creativo:
1. Imaginarse las imágenes, la previsualización. “En el fondo la imagen nace en la cabeza. Es plantearse qué quiero fotografiar, cuándo, cómo, qué quiero contar, qué elementos tienen que estar en esa imagen para que sea un elemento de comunicación fuerte y efectivo”.
2. El know how, el cómo hacerlo realidad. “Estar frente a esa situación, apretar y hacer clic. En ese momento es cuando uno tiene que apagar el switch emotivo y pensar de manera lógica y consciente”.
3. La interpretación o el revelado. “Cómo quiero mostrar mis fotos, qué quiero resaltar. Por ejemplo, si tiene mucha más fuerza en blanco y negro. Antes se hacía con químicos, era más engorroso y restrictivo. Ahora las herramientas digitales son infinitas”.
La novedad en lo común
Foto | Cortesía Congreso de Aviturismo | LA PATRIA
Memo Gómez combinó por varios años su trabajo de oficina con el buceo hasta que hace 9 años encontró en la fotografía un canal para contar historias que aporten a la educación ambiental y a la conservación.
Confiesa que tiene una pasión, que la cataloga como extraña para un fotógrafo de naturaleza: retratar aves comunes. “Una especie la he fotografiado 200 veces, pero seguramente no de todas las formas posibles. Me gusta fotografiarlas haciendo algo o contando algo que no he visto antes”.
Para eso, aconseja alimentarse de otras miradas, pensar qué historia se quiere contar, aprovechar la tecnología y tener claros aspectos técnicos para tenerlos a disposición a la hora de crear una imagen que asombre, que cree una emoción en el espectador.
Las redes sociales han ayudado a Gómez en su proyecto de conservación a través de la imagen. Las cataloga como un canal sencillo y fácil de manejar que contribuyen a la sensibilización de por qué es importante cuidar la naturaleza. Además sirven como una plataforma para dar a conocer los sitios que visita, las personas y las instituciones que trabajan para proteger la biodiversidad de Colombia.
Se declara hincha de los guías locales. “Son los que nos ayudan a hacer las fotos, la mitad de las imágenes son de ellos. Además son una muestra de que se puede tener una mejor calidad de vida trabajando con la conservación y el cuidado de los bosques”.
Destaca la labor en Caldas de Carlos Mario Aranzazu, quien lo ayudó con fotos de su más reciente libro multimedia Naturaleza y Asombro. También agradece al guía de Anaime (Tolima) Diego Espitia, quien fue crucial para lograr la foto Luchando por sobrevivir, en la que retrató una lora orejiamarilla saliendo de su nido en una palma de cera del Quindío, ambas especies en extinción; y con la que ganó el año pasado el XV Concurso de Fotografía Ambiental de Corpocaldas en la categoría Fauna.