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Leonel Orozco Botero, fundador de la Librería Leo Libros.
LA PATRIA | MANIZALES*
Leonel Orozco Botero, propietario de la librería Leo Libros, falleció ayer a los 64 años en Manizales, tras un accidente en su finca. Lo llevaron al hospital Santa Sofía, en donde falleció. Su negocio, con alrededor de 30 años, está ubicado en la Avenida Santander, en el sector de Las Palmas. El mundo cultural de la ciudad lo recuerda.
Orozco Botero nació en La Marina, municipio del Valle del Cauca en 1959. Es el segundo de los tres hijos que tuvieron José Leonel Orozco y Ligia Botero. Desde los tres años vivió con su papá, trabajando en el campo por todo el país, luego de que su madre se fue y se llevó a las hermanas Daisy y Aracely.
En una entrevista a LA PATRIA, recordó que llegó al mundo de los libros por accidente y perdió la cuenta de cuantos leyó. A los 14 años se mudó a Pereira, donde trabajó como mensajero en El Nuevo Libro. Sus noches transcurrían en medio de estantes llenos de libros, lo que le dio la oportunidad de acercarse al mundo de las letras y llevarlo años después a ser fundador de la librería más antigua de Manizales: Leo Libros.
Vivió en Tolima, Norte del Valle, Quindío, Cesar y La Guajira, donde trabajó recolectando café y algodón, picando caña, pescando y arreando ganado. Al terminarse la época de cosecha hacía de mesero en las cantinas que abría su padre. Presenció de cerca la violencia, prostitución y drogadicción que le arrebataron su inocencia haciéndole madurar a temprana edad y tener la convicción de no querer pertenecer allí.
Nace un librero
A los 17 años, a Leo, un joven de pelo rizado rubio que usaba ropa de segunda de su jefe, lo trasladaron a Manizales para ser el vendedor de libros en una caseta de la Universidad Nacional. Ahí conoció a una trabajadora social que lo convenció de validar sus estudios, pues sola contaba con tercero de primaria.
A pesar de que los números no eran su fuerte, decidió entrar a Administración de Empresas en la Nacional, junto a su novia y actual esposa, Marta Patricia Benavides, a quien conoció cuando ella iba a la librería como cliente. Con quien tuvo tres hijos: Felipe, Cristian y Valentina.
Su librería tiene el aspecto de la casa de Bilbo Bolsón, el personaje del Señor de los Anillos. Es pequeña, pero acogedora. Sus paredes están revestidas de estantes de madera en los que los libros, uno encima de otro, colman el lugar. Al caminar los pies se chocan con pilas de ejemplares infantiles, novelescos e históricos. El olor a papel recién impreso y el aroma a café fresco inundan el espacio.
*Con información del escrito publicado en Papel Salmón el 28 de noviembre del 2020.
Recuerdos
Adriana Villegas, periodista y escritora
Es muy dolorosa la muerte repentina de cualquier persona, pero en el caso de Leo hay una tristeza particular porque somos muchos los lectores que nos nutrimos de sus recomendaciones y de su generosidad. Fue un librero muy atento, amable, siempre muy dispuesto a apoyar a los escritores locales. Tengo inmensa gratitud con él y su familia.
Octavio Escobar, escritor
Leo era una persona maravillosa. Servicial, entrañable con familiares y amigos, generoso con la ciudad y con muchas iniciativas culturales. Y mi fiel compañero en el camino de los libros: como lector, como librero, como promotor de mi obra. Son miles y miles los favores suyos que debo agradecer. Se ha ido uno de mis mejores amigos.
Ana Muñoz, propietaria de Ágora Café Libro
Me impactó porque no somos muchos los libreros en la ciudad y él fue uno de los pioneros, de los que se esforzó toda la vida por sostener la librería y es un legado familiar. Su ausencia va a ser muy notoria porque fue una persona muy entregada en todo el campo literario. Esperemos que toda la familia siga con ese mensajes culturales, literarios y ese esfuerzo por llevar los libros a toda la ciudad.
Ivonne Mendoza, gerente del Banco de la República
Las condolencias en nombre propio y del Banco de la República. Era una persona culta y además con mucha pasión para su trabajo, es una labor muy noble. Ser librero en este país significa un gran amor por lo que se hace y sin duda Leonel demostraba conocimiento, nobleza y amor. Además fue un gran promugador de los escritores de la región y era proveedor nuestro.
Paula Londoño, secretaria de Cultura y Civismo de Manizales
Para el sector cultural y la empresa del libro es una pérdida muy grande. Leo era una institución para la ciudad con su librería. Era una persona que acercaba a todo el mundo a los libros, a los escritores, a los lectores. Era siempre un gusto ir a la librería porque era el que mejor asesoraba a la gente.
Exequias
De acuerdo con la familia, en la mañana de hoy se conocerá cuando se realizarán las exequias.
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