El presidente de la Corte Constitucional, el caldense José Fernando Reyes Cuartas.

Foto | Tomada de X @CConstitucional | LA PATRIA El presidente de la Corte Constitucional, el caldense José Fernando Reyes Cuartas.

 

 

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“La Constitución no puede ser una masa deforme, gelatinosa y banal, cambiable a placer, sino al revés, un texto rígido con muy relativas flexibilidades, que precisa de muy meticulosos y exigentes requisitos de variación y cambio”. 

El presidente de la Corte Constitucional, el caldense José Fernando Reyes, se pronunció en contra de la propuesta de una Asamblea Constituyente este jueves durante la conmemoración de los 33 años de la Constitución Política de 1991. 

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Tras hablar de los avances que ha permitido la Carta Magna para los derechos de los colombianos, Reyes criticó la iniciativa del presidente, Gustavo Petro, quien esta semana planteó nueve puntos para iniciar la discusión y que encomendó a su nuevo ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. 

“Nuestra Constitución es joven y potente y es capaz de vivir de la mano de las discusiones que hoy florecen, que van desde las preocupaciones, por el cambio y la emergencia climáticos, los derechos derivados de la sociedad cibernética, la revolución tecnológica, y lo que significa la inteligencia artificial para la vida de los derechos. Todo esto tendrá que ser legible desde la Constitución y, claro, también los problemas derivados de las pandemias, de las migraciones y el renacer de las guerras. Los viejos problemas que siempre son los nuevos problemas. Y ello todo tendrá que ser hallado en la Constitución y leído por sus intérpretes”, expresó Reyes. 

Por eso indicó: “Entonces ¿cómo seguir hablando de nuevos proyectos constitucionales si es que no hemos sido capaces de desarrollar y hacer cumplir el pacto que nos forjamos en 1991? La Constitución no puede ser una masa deforme, gelatinosa y banal, cambiable a placer, sino al revés, un texto rígido con muy relativas flexibilidades, que precisa de muy meticulosos y exigentes requisitos de variación y cambio. La banalización de la Constitución y lo que es aún peor, el querer cambiarla porque sí, es el peor mensaje que puede darse a un pueblo cuyas manos y cuyos espíritus todavía reclaman la satisfacción de «los mínimos». No hablamos de la abundancia de los derechos, hablamos apenas de aquello que es esencial para una vida digna. Y todo eso está inscrito en el espíritu de 1991. La Corte ha sido capaz de encontrar los derechos que apenas intuíamos; ha podido dar órdenes generales y estructurales para enderezar caminos equivocados o aun sin emprender en las políticas públicas; encontró que era imprescindible e inaplazable una justicia transicional para darle ropaje jurídico a la justicia del perdón, de las lágrimas y de la reconciliación y sobre todo a la responsable de darle vida real a la esperada verdad”. 

Reiteró que es posible darse una nueva Constitución, si así lo quiere el pueblo de Colombia. 

“Quiero enfatizar en que nuestro país resume la esencia de una democracia constitucional: tiene un texto escrito donde reside el principio de legalidad de la actuación de todos los poderes; allí vive la esencia de los derechos fundamentales de cada uno de los y las habitantes de este país; el poder se ha dividido para garantizar razonables equilibrios; los jueces y juezas son los árbitros independiente de los conflictos surgidos en un ambiente de pluralismo deliberante de ciudadanos y ciudadanas libres”, apuntó.

Tras las declaraciones de Reyes, el presidente Gustavo Petro, a través de su cuenta de X, le respondió y le dijo que estaba equivocado. 

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Esto fue lo que escribió el mandatario colombiano: 

Me parece equivocada la opinión del magistrado Reyes. En primer lugar porque no reconoce tres hechos que ameritan un exámen del poder constituyente:

1. La constitución del 91 ha sido contrarreformada en aspectos esenciales, cito tres grandes temas vertebrales para la nación: a. La financiación de la educación pública. La contrarreforma le quitó más de 300 billones de pesos desde la primera contrarreforma. b. Una contrarreforma anuló los mecanismos para hacer una reforma agraria. c. La garantía de derechos universales no se ha cumplido en 33 años por transformar los derechos en simples mercados y negocios. La constitución no ordenó ni el neoliberalismo ni la gobernanza paramilitar que es lo que hemos tenido.

2. El Congreso no ha desarrollado en 33 años, órdenes expresas de la constitución: la ley orgánica de ordenamiento territorial, mantenemos la de 1886;  la reforma a la justicia, la reforma política y electoral que ordena el acuerdo de paz del 2016; el estatuto del trabajo para dignificar la vida laboral; aún, después de 33 años, no es real la igualdad de la mujer, y se siguen discriminando en la sociedad y en el estado, las minorías étnicas, sexuales y culturales

3. Los hechos posteriores a la constitución de gran envergadura en la vida nacional: a. Los aspectos fundamentales del acuerdo de paz del 2016 que es declaración unilateral de estado, y que no se han desarrollado como el progreso económico y social del territorio excluido, la reforma agraria y la verdad judicial.

b. La crisis climática que demanda el ordenamiento alrededor del agua y la liberación de los espacios del agua.

c. El camino del perdón social y la paz definitiva

 


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