Con la excusa de estar enamoradas, muchas mujeres persisten e insisten en sostener una relación que, lamentablemente, en no pocas ocasiones termina en tragedia. Seguramente ese fue el caso de Luz Mery Tristán, que nos tiene tan conmovidos a los colombianos. Ella fue una gloria del deporte, en una época en la que pocas mujeres sobresalían; tener una campeona mundial de patinaje en 1990 fue un gran orgullo para nuestro país y ella, con su amor al deporte, se encargó de influir en las generaciones siguientes, a través de su escuela deportiva.
La mezcla de licor y armas de fuego puede ser fatal, ni se diga cuando a esta fatídica combinación se le añaden drogas alucinógenas. Algunos hombres con el pretexto de estar enamorados se creen los dueños de sus parejas, hasta el punto de aislarlas de sus amigos y en casos extremos hasta de sus familias. Los celos y la posesividad rondan estas relaciones. De lo que dan testimonio los familiares de Luz Mery es que el maltrato verbal y psicológico ya estaba presente en esta relación desde hacía mucho tiempo, según el testimonio de la hermana de la patinadora, la pareja había buscado ayuda profesional para tratar este problema. No digo que la ayuda profesional no sirva, pero es que existen muchas mujeres que, con el argumento del inmenso amor que le tienen a sus compañeros sentimentales, creen que pueden cambiarlos y esa es otra de las mentiras que nos meten en las telenovelas; las personas no cambian porque otra persona los motive, cambian solamente cuando ellas mismas toman la decisión de dar ese paso.
La ex esposa de Andrés Ricci, valientemente, en el 2017 se atrevió a hablar de los actos de violencia de este hombre en su contra: “Él me pegó muchas veces. Me prohibía salir con mis amigas, y yo, que es lo peor de todo, lo permitía.” Afortunadamente esta mujer alcanzó a poner fin a su matrimonio antes de que las cosas fueran peores, pero Luz Mery Tristán no lo hizo, tanto que pensaba casarse con él en octubre.
Yo creo que tanto hombres como mujeres tenemos el suficiente criterio para saber cuándo una relación es tóxica: cuando está dominada por los celos, la rabia, la posesividad o el desamor por parte de uno o ambos miembros de la pareja, ni se diga cuando se llega a la violencia, ninguna relación debería seguir después de un acto de violencia por alguno de sus miembros, porque hay mujeres muy violentas, no sólo los hombres agreden, las mujeres también y peor aún provocan a sus compañeros y yo sé que tal vez sea políticamente incorrecto decirlo, pero la imprudencia desencadena la violencia, que en ningún caso está justificada, ni tiene por qué ser tolerada.
Existen signos de alerta de cuando una mala relación podría terminar en un feminicidio, acá se los transcribo: “Abusa sexualmente de ti, intenta forzar el acto sexual, te amenaza de muerte, te amenaza con objetos o armas, te encierra o te aísla, te pega, te empuja o pellizca, te grita, destruye tus objetos personales, te prohíbe visitar a amigos y familia, te controla, te cela, te culpabiliza, te intimida o amenaza verbalmente, te humilla, te dice palabras ofensivas o denigrantes, te hace bromas hirientes, te miente”. Esta es la lista de todas las características de un mal amor, si usted está un una relación y su lista de chequeo tiene una o varias de éstas, termínela antes de que sea demasiado tarde para usted y su pareja, nadie quiere visitar un cementerio o a un pariente en la cárcel, por un desenlace fatal de una relación tormentosa.