El marco normativo establece que dentro de los primeros cuatro meses después de la posesión del presidente, de los gobernadores y de los alcaldes debe ser aprobado el Plan de Desarrollo para los territorios que ellos gobiernan. Plan que debe ser elaborado teniendo como base el programa de gobierno, discutido por las comunidades y aprobado, según sea el caso, por el congreso, las asambleas y los concejos. Este documento es considerado la carta de navegación de los cuatro años de mandato de los gobernantes.
Hay mandatarios que son muy juiciosos en la elaboración de su Plan de Desarrollo. Disponen de un equipo técnico altamente capacitado para elaborarlo, con lo que se logra un documento con mucha rigurosidad y minuciosidad. Siendo este el caso de Manizales donde el experimentado secretario de Planeación de la ciudad hizo un ejercicio muy juicioso para su elaboración. Éste fue ampliamente concertado con los gremios y en general con la comunidad manizaleña.
En algunos casos los mandatarios acostumbran a ponerle nombres sonoros. El alcalde Rojas decidió ponerle un nombre sencillo: “Plan de Desarrollo 2024-2027”, en el que contempla una inversión cercana a los 3.3 billones de pesos en los próximos cuatro años. En el documento quedaron claramente establecidos los programas y proyectos que se van a ejecutar, con los recursos que se destinarán a cada uno anualmente y con sus respectivos indicadores, lo que permitirá tanto a los secretarios como al Concejo y a la comunidad en general, hacerle muy fácilmente el seguimiento a su ejecución.
Como todo Plan de Desarrollo que se respete, en éste quedaron destacadas las obras más representativas que quiere sacar adelante y mostrar al final de su período el mandatario; es decir, las obras por las cuales quiere ser reconocido en el futuro. Rojas quiere potencializar a Manizales como una ciudad turística, de eventos y cultural. Para lograrlo, implementará el plan 52, que consiste en celebrar en 52 semanas, 52 eventos. Igualmente, le inyectará unos recursos muy importantes a la recién creada Secretaría de Cultura.
Otra apuesta será fortalecer la educación. Pretende lograr que el 100% de las instituciones educativas dispongan de la jornada única, lo que implicará un reto muy grande por las inversiones que se requieren para el manejo del Plan de Alimentación Escolar (PAE) y por los contenidos educativos complementarios que se tendrán que establecer. La propuesta también trae consigo la recuperación de las instalaciones educativas, muchas de ellas se encuentran en un alto grado de deterioro.
Así mismo, se construirán intercambiadores viales en los accesos al barrio La Francia, al hospital Santa Sofía y en Viveros y la construcción de la doble calzada en el sector del Sena. Obras que pretende construir por valorización. También piensa construir un bulevar con vocación gastronómica en la glorieta del barrio La Estrella. Igualmente, contempla un plan muy fuerte para la recuperación de la malla vial de la ciudad.
La gran apuesta del alcalde es construir el Manizales Arena, que consiste en una edificación similar al Movistar Arena de Bogotá, el cual se ha convertido en un importante punto de encuentro para conciertos, espectáculos y eventos culturales. Volviendo al tema del Plan de Desarrollo, el presidente Petro hace dos años estableció que lo iba a construir con la comunidad. Fueron cuatro meses
extenuantes en los que un equipo liderado por el director nacional de Planeación, funcionarios de esta entidad y contratistas, recorrieron todo el país en compañía de ministros y congresistas. Fueron innumerables las reuniones que se realizaron a lo largo y ancho del país. La comunidad se sintió escuchada y tenida en cuenta. El nombre que le puso el presidente a su Plan de Desarrollo fue “Colombia potencia mundial de la vida”. Lamentablemente en eso quedó su Plan de Desarrollo, en un Plan con un nombre rimbombante y sonoro, que le quedó grande. De los programas y propuestas presentadas por la comunidad es muy poco lo que se ha ejecutado. Al entonces director de Planeación Nacional, Jorge Iván González, quien tiene un alto conocimiento y capacidades para desempeñar el cargo, el presidente terminó cambiándolo por un aliado suyo sin experiencia y sin conocimiento para este importante cargo. Su hoja de vida es haber sido sindicalista y congresista por veinte años. Su nombramiento fue un premio de consolación por la pérdida de su curul como senador, al ser anulada por el Consejo de Estado.