Estimado Juan José.
Pareciera que la manía de perseguir la Fiesta de los Toros está pasando de moda en casi toda latinoamérica.
Está el caso de Venezuela, en donde el tema taurino se ha venido reactivando paulatina y tranquilamente con el regreso de las corridas de Toros a la provincia y a algunas Ferias tradicionales, como lo son las de San Cristóbal y Mérida, todas ellas mostrando buenas asistencias de público.
Y en México, en donde el normal funcionamiento de la Plaza México había venido siendo entorpecido debido a los aleves ataques de personajes que, a mi juicio, más por intereses políticos e ideológicos que por asuntos de animalismo, pretendían que fuesen suspendidas definitivamente las programaciones taurinas en el llamado Coso de Insurgentes, se les vino la Suprema Corte de Justicia del país con la aprobación de un concepto que expresa: “La Tauromaquia es una actividad de interés nacional motivo por el cual son los poderes federales los que deben declararla como Patrimonio Cultural inmaterial”.
Entonces como ves, mi querido Juan José, buenos vientos soplan para la tauromaquia en nuestra América. Sin embargo en Colombia donde, como de costumbre se está a la “penúltima” moda, porque siempre se llega tarde a todo, aún quedan algunos vestigios de prohibicionismo que afortunadamente están siendo bloqueados por gentes con mentes abiertas, amantes de las artes, de la cultura, del respeto por el derecho ajeno, de la trascendentalidad del sentir de las minorías y de las tradiciones, valores todos considerados como la piedra angular de la nacionalidad, de la idiosincrasia y de la realidad de la sociedad colombiana.
Es así como ya solo se está tramitando en el Congreso de la República un último intento de acabar con la Fiesta en Colombia, proyecto de ley que ha sido presentado por una senadora de intrigante pasado y que últimamente ha decidido engrosar las filas de los llamados animalistas y en el cual aparecen también como autores, para tristeza de los manizaleños, dado el daño que una prohibición de este tipo traería para la ciudad, los políticos locales que detentan curules en el Congreso de la República a saber: el senador Guido Echeverri Piedrahita y los representantes Santiago Osorio Marín y Juan Sebastián Gómez González, acompañados en esta autoría por personajes causantes de dolorosas historias de violación de derechos humanos en el país, como por ejemplo Pablo Catatumbo.
Habiendo sido archivado, vale decir desestimado totalmente en el Congreso un proyecto de ley que a su vez también atacaba la tauromaquia en Colombia y que había sido presentado por el actual representante a la cámara Juan Carlos Lozada cuya elección como congresista por el periodo 2014-2018 había sido declarada nula por el Consejo de Estado invocando como causal la falsedad, hijo del senador Ricaurte Lozada quien a su vez también había perdido su investidura de Congresista por problemas con la justicia, archivado ese proyecto repito, solo quedó en la palestra el proyecto de ley que arriba mencionamos y que debió ser discutido en la comisión séptima desde hace quince días pero cuya discusión lleva tres aplazamientos, todos al parecer de carácter politiquero pues su autora principal, Andrea Padilla y sus cabales, al ver que venía una inminente derrota en la comisión que la estudiaría, según las malas lenguas urdió todo tipo de marrullas, de aquellas que con solvencia se manejan en el Congreso de Colombia, para aplazar las discusiones y evitar el hundimiento del proyecto. Pero de poco valdrán eso trucos porque la verdad es que ese proyecto, como dijo el comandante Pétain en la batalla de Verdúm, “No Pasará”. Recibe un abrazo de tu amigo. El Fraile.
Añadido: Amigo aficionado. La manera de apoyar al Hospital Infantil, a la ciudad de Manizales y a la Fiesta Brava colombiana es abonándose para la próxima Feria de Manizales.