Está siendo una temporada de huracanes para los premios literarios en España. Todo comenzó hace unas semanas cuando la ácida pluma de Alberto Olmos, posiblemente el columnista cultural más leído de la península, firmó un doblete de textos en El Confidencial que fueron objeto de una gran polémica. Así pues, en “No Me Metí a Escritor para Ser un Gánster” hizo múltiples señalamientos que cuestionan la transparencia del Premio Herralde de la editorial Anagrama, mientras que pocos días después en “Chicas, ¿No Estáis Hartas de Vosotras Mismas?” se fue lanza en ristre contra el Premio Tusquets por premiar durante los últimos seis años al mismo tipo de escritoras por el mismo tipo de novela.
Tras esta cáustica antesala que consiguió caldear los ánimos entre sus lectores, se publicó la auténtica estocada que nadie vio venir, la demoledora crítica de Jordi Gracia en el segmento cultural Babelia de El País a “Las Hijas de la Criada”, reciente ganador del Premio Planeta, al cual denominó un “auténtico folletín” con el cual los organizadores del galardón suscribieron su “autoinmolación”. Un artículo brutal sin precedentes que podamos recordar en el que el autor acusa con nombres y apellidos a los jueces involucrados de “dejación de funciones” y les cuestiona sobre cómo fueron capaces de cometer un “fraude tan masivo”.
Desde su anuncio como la ganadora, Sonsoles Ónega enarcó cejas por tratarse, a su vez, de la presentadora estrella del magazín de variedades vespertino de Antena 3, el cual domina el rating en su franja desde hace algo más de un año. Su nombre se une así a otras figuras de la televisión que también parecen haber sido bendecidas con el doble regalo de un excepcional talento literario. Tal es el caso de Vicente Vallés, presentador de las noticias de la noche, y Juan del Val, panelista de “El Hormiguero”, el programa de mayor audiencia del país, ganadores del Premio Primavera de Novela 2019 y 2022, respectivamente, o de Sandra Barneda, presentadora de realities que obtuvo el segundo lugar del Premio Planeta en 2020.
Con polémica o no, lo cierto es que “Las Hijas de la Criada” es hoy el libro más vendido de Amazon en España, además de estar agotado en el supermercado de mi cuadra (un indicador del que me fío mucho en cuanto a tendencias), superando de forma inapelable a los últimos lanzamientos de best-sellers automáticos como “Le Dedico Mi Silencio” de Mario Vargas Llosa, “Maldita Roma” de Santiago Posteguillo, “El Problema Final” de Arturo Pérez-Reverte o “Todo Vuelve” de Juan Gómez-Jurado. Su calidad literaria bien puede estar puesta en entredicho, pero su potencia comercial es simplemente inobjetable.
Esto vuelve a poner sobre la mesa el eterno debate acerca de la motivación adecuada que debe respaldar las decisiones de los jurados literarios, particularmente de aquellos premios impulsados por las propias editoriales. El tira y afloja perenne que busca el equilibrio entre la inmortalidad y la rentabilidad. Hoy “Las Hijas de la Criada” está perdiendo el pulso en la prensa especializada, pero lo va ganando en la calle y así también vale.