Las creencias que tienes tienen que ver con tu infancia, tu entorno y tus experiencias.
Desde pequeño tu confianza fue creciendo o se vio minada paulatinamente.
Examina si tus padres te valoraron y sembraron en ti una fe firme y un gran amor propio.
Si no fue así, comprende que te dieron lo que podían y dedícate a afianzar la confianza.
Valora tus capacidades y cultiva creencias positivas que dependen de cómo te hablas y te miras.
Todo el tiempo puedes darte mensajes de aliento o seguridad que interiorizas.
Refuerza la idea de que eres muy valioso y que cada día eres una persona más competente.
Los mensajes negativos sobre ti mismo te dan valor, alientos e ímpetus para triunfar.
@gonzalogallog