No me amo y me gusta sufrir. Por eso no trabajo para eliminar mis hábitos negativos.
Soy de mal genio y así me tienen que aceptar. En mis relaciones me va mal porque no me comprenden.
La culpa no es mía, es de los que no me entienden; así soy yo y no tengo por qué ser de otra manera.
Ya voy por la cuarta relación y me gusta que los otros hagan lo que yo impongo.
Mi padre era igual y eso fue lo que aprendí. Nadie tiene por qué oponerse.
Me dicen que medite para cambiar, pero uno no cambia y creo que eso no sirve para nada.
Una tía me dijo que tuviera presente a Dios. ¡Tonterías! Dios no existe.
Bueno, ahí les conté algo. Imagino que la mayoría de la gente es como yo. Así somos y seremos.
@gonzalogallog