Imagina a una persona que está constantemente ansiosa por lo que el futuro puede traer.
Es tanto, que le resulta difícil vivir en el presente y disfrutar de los momentos cotidianos.
Se preocupa por lo que puede suceder, y eso le impide disfrutar del momento presente.
Si te ves ahí, eres un viajero que siempre está corriendo hacia el próximo destino.
Tan concentrado en llegar al siguiente lugar que nunca te detienes a disfrutar del paisaje.
Del mismo modo, por los afanes, no experimentas los lugares por los que pasas y los disfrutas.
Piénsalo y sé consciente de que, muy preocupado por el futuro, te pierdes lo bueno del momento. 
Cae en la cuenta de lo que dijo un sabio: la tortuga aprecia más el paisaje que la veloz liebre.
@gonzalogallog