Los que me han leído saben que soy un apasionado de la movilidad, probablemente el tema del que escribo con mayor frecuencia en estas páginas. No soy ingeniero civil, simplemente veo la movilidad como el sistema circulatorio de una ciudad y como todos los ciudadanos hacemos parte de él. Como muchos de ustedes, dependiendo del día soy un actor vial diferente. Tengo carro, salgo a caminar ya sea solo o con mi perro, a veces salgo en bicicleta, a veces en patineta, a veces en taxi u otras en bus. Mi experiencia diaria como usuario vial variado me lleva a valorar la importancia de tener opciones de movilidad que se ajusten a nuestras necesidades inmediatas, respaldadas por una infraestructura sólida y segura.
Hay un falso debate entre los actores viales, sobre todo entre los actores tradicionalmente priorizados como lo son los vehículos y los actores que quieren ingresar en la prioridad como los ciclistas. Lo llamo falso, no porque no exista, sino porque se basa en una premisa de competencia, cuando debe ser de complementariedad, por ejemplo. Cada ciudadano que se monte a un bus, una bicicleta o una patineta, es probablemente un ciudadano menos que va a sacar un carro o una moto, es decir: ¡Menos tráfico!
Desde el plan de Gobierno del alcalde Rojas se ha hablado de una infraestructura para ciclistas, también vi que en uno de los pilares del Plan de Desarrollo lo menciona, y hace poco el alcalde tuvo una entrevista en La Patria Radio en la que reafirma su compromiso con esta infraestructura y menciona que está a la espera de estudios para ver dónde la realiza. Yo quiero aportar a esto desde una visión más estratégica y menos “ingeniera”. Parto del supuesto que esta ciclo infraestructura se va a realizar con el objetivo de inducir la demanda, es decir no se realiza por la demanda presente de ciclistas, sino justamente para lograr que las personas se bajen de un carro o moto y pasen a la bicicleta o patineta eléctrica. Dado esto, aparte de segura hay que pensar que sea amigable, es decir buscar el espacio en el cual se tenga buen acceso a la ciudad a la menor inclinación posible.
Algo que no es secreto es el estado de las finanzas de la ciudad. Salimos de una Alcaldía que nos dejó endeudados, con obras paralizadas, con la plata de la PTAR perdida, etc. Por lo cual la ciudad no puede darse el lujo de pensar en inversiones muy altas para esta infraestructura, mucho menos de proponer renders a lo populistas de ciclorrutas (o trenes) elevados. Por último mi posición es que no se debe castigar ni al medio ambiente ni al peatón, es decir, por la inclusión de la nueva infraestructura para este actor vial no deben cortar o eliminar árboles y mucho menos reducir el poco (y en mal estado) espacio para el peatón.
Dados los tres puntos anteriores, mi lógica estratégica lleva a que la única forma de realizar esta infraestructura para los ciclistas es emulando lo que últimamente está realizando Bogotá, y es tomar uno de los carriles que está dispuesto para carros y motos y transformarlo en un carril para ciclistas y patinetas eléctricas. ¿dónde este carril? Para mi, debe ser en la avenida Santander, mi cabeza diría que en el sentido Centro-Batallón, pero eso es algo que claramente los expertos en movilidad de la ciudad sabrían mejor que yo. Probablemente alguno de los lectores debe estar pensando que estoy loco al proponer que la Santander quede con un carril, yo les pregunto: ¿ya no es de un carril? Entre los mal parqueados y los buses que no paran en los paraderos esa avenida es prácticamente de un carril, con el agravante que a cada cuadra se arma embudo entre los que van por el carril derecho y necesitan pasar al izquierdo. Creo sinceramente que al ser un carril, se eliminan las personas mal parqueadas y si logramos que los buses paren en los paraderos, la velocidad promedio en horas pico aumentaría por este corredor.
Por último, esto debe estar acompañado de una estrategia integral, por ejemplo si priorizamos la Santander para servicio público, peatón y ciclista, debemos lograr que la avenida Kevin Ángel sea priorizada como una vía para cruzar la ciudad en carro, como lo son las circunvalares en el mundo; adicional se puede revisar vías entre barrios que ayuden a la fluidez del sentido Centro-Batallón y así al inicio no sea tan traumático. No debemos olvidar que hay que tener ciclo infraestructura que permita ir de los barrios a la Santander. Sé que los cambios son desafiantes, pero créame estimada(o) cuando esté la infraestructura y usted o algún ser querido empiece a disfrutar al ser este tipo de actor vial, lo único que va a pensar es: ¡cómo no lo hicimos antes!