Por mi columna de desarrollo económico tuve muchas interacciones referentes a la “Silver Economy”, por lo cual sentí necesario ampliar este tema. Retomando, la silver economy o economía plateada, es el conjunto de actividades económicas y oportunidades asociadas al envejecimiento de la población. Manizales, como muchas ciudades del mundo, se enfrenta a una realidad cada vez más evidente: el envejecimiento de la población. Se trata de un fenómeno global que afecta especialmente a América Latina y el Caribe, donde se prevé que para 2050, los mayores de 65 años representen el 18% de la población total. En otras palabras, la economía plateada es un mercado en constante crecimiento que ofrece un sinfín de posibilidades.
Lejos de ser una amenaza, el envejecimiento puede ser una oportunidad para el desarrollo económico y social, siempre que se adopten las medidas adecuadas para aprovechar el potencial. Según un estudio del BID, a 2030 más del 30% del consumo en América Latina será realizado por mayores de 60 años. Para lograrlo, se requiere una visión integral que aborde las necesidades y demandas de los adultos mayores, tanto en términos de bienestar como de participación. Esto implica ofrecer productos y servicios adaptados a sus preferencias y necesidades, así como fomentar su contribución económica, social y cultural.
Desarrollar la economía plateada como un clúster en Manizales y Caldas podría traer consigo una serie de beneficios para la región. En primer lugar, podría generar nuevos empleos en sectores como la salud, el turismo, la educación y la tecnología. Además, podría contribuir a mejorar la calidad de vida de los caldenses mayores, brindándoles acceso a servicios y productos que les permitan vivir una vida más plena e independiente. Un ejemplo de clúster que podría beneficiarse de la economía plateada es el metalmecánico de Manizales y Caldas, que se dedica a la producción de bienes y servicios para sectores sofisticados como el astillero, el aeroespacial, el de la construcción, el de las autopartes, el de la línea blanca y el agroindustrial. Este clúster podría diversificar su oferta y adaptarla a las necesidades de los adultos mayores, por ejemplo, diseñando dispositivos médicos, prótesis, vehículos eléctricos, o productos de asistencia.
Otro ejemplo es el clúster de confección y moda de Riosucio, que se especializa en la producción de vestidos de baño, ropa interior, deportiva y pijamas. Este clúster podría aprovechar el creciente interés de los adultos mayores por cuidar su imagen, su salud y su ocio, ofreciendo prendas cómodas, funcionales y atractivas, con materiales de calidad y diseños innovadores. Estos son solo algunos ejemplos. Para aprovechar al máximo esta oportunidad es necesario que el sector público, las empresas y la sociedad civil trabajen juntos para crear un ecosistema favorable. Esto implica invertir en infraestructura, educación y formación, así como crear políticas públicas que incentiven la participación de las personas mayores en la vida económica y social.
Manizales y Caldas tienen todas las condiciones para convertirse en un referente en la economía plateada en el país porque sin ir más lejos somos la población más vieja de Colombia, por lo cual tenemos que buscar soluciones a nuestra situación y de paso podemos desarrollar una oportunidad única de desarrollo. El objetivo es dejar de ver la vejez como una carga y verla como una oportunidad, tanto para los propios adultos mayores como para la sociedad en su conjunto. La economía plateada es una oportunidad que Manizales y Caldas no pueden dejar escapar. Es hora de empezar a trabajar para convertir a la región en un polo de desarrollo de esta economía.