Hay que ser profundamente serios en la manera como se van a desarrollar los Diálogos Regionales Vinculantes, máxime en un gobierno que quiere construir desde la categoría “gobierno popular”. Por ello, hemos visto con preocupación la falta de cuidadosas metodologías en los diálogos sociales de los que ha hablado el presidente Petro. Por ejemplo, el del Cali fue aplazado 15 días cuando se dieron cuenta de la avalancha de inscritos y la falta de aparato operativo para llevarlo a cabo. Pero más allá de la logística, hay que pensar en la metodología que se utilizará para recolectar los pareceres y para hacer su elaboración y “digestión”. El desbordamiento de inscritos indica algo muy positivo, la gente está esperando estos escenarios de participación. Por ello, con más cuidado debe el gobierno organizar el asunto y un punto crucial es la metodología.
Como idea de democracia participativa los Diálogos Regionales Vinculantes son bien interesantes, pues siempre se había hablado de “diálogos” pero al calificarlos de “vinculantes” desde los primeros discursos por parte del propio Presidente, les dio una relevancia importante y nueva; además, generaron una gran expectativa en los movimientos sociales y ciudadanos, especialmente en quienes acompañaron al candidato en las urnas y otras personas también. Y a este respecto es clave también oír a los que no irán, y habrá que buscar otros mecanismos y escenarios. Lo de “regionales” nos ha parecido excelente por reconocer que el país es un país de regiones. Y que la asimetría regional en Colombia amerita también una inversión distinta. Hay que evitar de una parte, generar desilusión, decepción y desengaño en las personas que acudirán a los diálogos; pero por otra, también hay que determinar cuán vinculantes serán. Y lo decimos porque fácilmente en esos diálogos habrá posiciones muy diversas, habrá propuestas de tipo gremialista o de grupo de interés muy particulares que difícilmente podrán ser conciliables. Y una segunda realidad son las capacidades limitadas que se tienen en el campo presupuestal, por más reformas tributarias que haya. Habrá que priorizar muchas necesidades para irles dando respuesta en la medida de las posibilidades y urgencias.
En los procesos de escucha y diálogo con las comunidades, actores sociales y ciudadanos, hay que saber que son una parte de la ecuación, pero la segunda es la visión técnica, que a veces ahoga la primera, por lo que hay que buscar un justo medio. Hay que poner a los técnicos en comunicación constante con las comunidades, para que las soluciones sean las más adecuadas.
En este orden de ideas, el director del Departamento Nacional de Planeación, Oscar Iván González, ha establecido los ejes temáticos del Plan Nacional de Desarrollo: Ordenamiento territorial, seguridad humana, seguridad alimentaria, transformación de la matriz energética, convergencia social-regional y la estabilidad fiscal. Estos serán los principales ejes del nuevo Plan Nacional de Desarrollo que determinará la inversión pública. Y darán cierto orden y prelación frente a otros temas y frente a los temas en cada uno de los ejes. Pero todo ello no se da espontáneamente, ni se puede dejar al curso de los acontecimientos, se requiere de metodología. Y esto es lo que se debe cualificar, desde el inicio de los diálogos. Para que los Diálogos Regionales Vinculantes sean una excelente forma de participación ciudadana popular y que sean, además, muy benéficos para el país.