Una excelente noticia, que era la importante ampliación de los subsidios para las familias más vulnerables, se está convirtiendo en un calvario por terquedades y obstinaciones de unos funcionarios.
Es lamentable que el Departamento de Prosperidad Social (DPS) haya desoído las múltiples voces experimentadas que criticaron la centralización en el Banco Agrario del pago de los subsidios a las familias más vulnerables. El resultado inevitable: largas colas en todo el país. Por redes sociales esta semana en distintas ciudades se observaron estas colas de varias horas bajo el sol. Esta situación que vale para una sanción disciplinaria a la directora de Prosperidad Social, Cielo Rusinque, por generar este tipo de ineficiencias que termina pagando la gente sencilla con su tiempo y cansancio. No hay derecho que las inflexibilidades ideológicas de este Gobierno nos vengan a revivir las colas que hace años habíamos superado. ¡Es la incapacidad de construir sobre lo construido! De aceptar que las cosas no inician con un gobierno, sino que vienen de atrás y tienen historia, experiencia y aprendizajes.
La inclusión financiera, a través de medios tecnológicos, se había logrado desde hace tiempo. Desde el mismo DPS, con la articulación de bancos privados se había conseguido un desarrollo tecnológico, mostrando buenos resultados. Pero como todo lo que “huela” a privado no les gusta a algunos funcionarios, decidieron dejar de utilizar los sistemas probados. Sistemas que operaron perfectamente para el subsidio del Ingreso Mínimo en Bogotá, o cuando vino la pandemia en el subsidio solidario otorgado por Planeación a nivel nacional, así como en otras transferencias estatales. A través de los celulares de los usuarios y los corresponsales bancarios que hay en todos los rincones del país todo fluía mucho mejor. Pero la dirección del DPS decidió revertir la historia, devolvernos…
“Lo que pasa con las transferencias monetarias de la Nación es un retroceso de unos 17 años. Con la diferencia de que hace 17 años no había tantas alternativas. La eficiencia, ese concepto que horroriza a muchos, converge con la equidad y la dignidad de la población pobre”, twitteó el jueves pasado Roberto Angulo, uno de los mayores técnicos en cuestión de medición y reducción de pobreza en el país.
Testimonio de personas que desde corregimientos en la costa fueron a las capitales para hacer cobro del subsidio y se encontraron con unas colas de muchas horas… sencillamente dejan un sinsabor muy grande. Esto no debe ocurrir. Si como decía Angulo, en otro de sus twittes, si el gobierno no oye a los técnicos, que por favor se compadezca oyendo las historias de las personas que sufren las consecuencias nefastas de sus tercas e ideologizadas decisiones.