Tribunas desoladas en el Murillo Toro de Ibagué, no más de dos mil aficionados para el partido contra Chicó, y eso que Tolima estaba clasificado para semifinales, ganó ocho de sus últimos nueve encuentros, tiene un plantel con nombres sugestivos, y es uno de los candidatos al título.
En Palogrande casi diez mil hinchas en noche tenebrosamente fría, cuatro horas corridas lloviendo, Once Caldas puesto 17, antepenúltimo en el descenso, con ocho jornadas sin conocer victoria, titular improvisada con juveniles, y una crisis repetida durante un lustro.
Increíble ¡qué afición! Once Caldas es tema de ciudad, que exige respeto, no el maltrato al que está sometido por políticas mercantilistas empeñadas en incrementar fortunas personales al costo que sea, sin atender los requerimientos de un sector, del que muestran cierta ignorancia.
Esta vez fue peor, finiquitaron por anticipado el contrato de 6 jugadores, 3 integrantes del cuerpo técnico, y el gerente deportivo, y se quedaron con una nómina de solo diez deportistas profesionales, admitiendo el fracaso, y abriendo una puerta de necesidades hacia el futuro.
Luego del acuerdo con Gerardo Ortiz (34 años), Andrés Correa (38), Marlon Piedrahita (38) y Sherman Cárdenas (34), más Fainer Torijano (35), pendiente de arreglo porque su vinculación iba hasta 2024, se prueba que había un equipo ‘viejo’, con demasiados futbolistas en edad de retiro.
Con el agravante de que, exceptuando Torijano, los demás eran suplentes, certificado sellado de que el problema fue de calidad en cuanto a materia prima, responsabilidad directa del presidente, hecho reiterativo mientras prevalezca solo el interés económico. Se notó contra América, no hay ánimo competitivo, un Once Caldas limitado a meterle actitud, que es válido, no suficiente, y positivo tras el desgano ante Junior, siendo inferior a un rival que con velocidad y fútbol manejó el choque al ritmo del ‘gordo’ Edwin Cardona, y con la juventud y dinámica de sus delanteros.
Total, directivos contra las cuerdas, dado que impusieron con sus decisiones la traída de refuerzos, con el agregado de cantidad, lo que no parece caber dentro de la economía del ahorro que aplica la actual administración, cuya baja visión en ese sentido es alarmante. De la plantilla se salvan Dayro Moreno, y Eder Chaux, quien tiene opción de compra alta, de la que deberá hacer uso Once Caldas si quiere sostenerlo, y Alejandro García cuando más, pues los pelaos´ tienen mucho por aprender, y no representan una base significativa.
La desmantelada obliga reparación. ¿Quién la hará? Los mismos que acumulan ese saldo de 229 futbolistas en 11 años, como lo señaló este diario, o el presidente, más equivocado aún porque busca barato, de equipos sin trascendencia, y fáciles de negociar. Por eso el replanteamiento debe empezar por ahí, a no ser que la idea siga siendo llenarse los bolsillos.
Lo demás será insistir en los errores del pasado, castigando una plaza, y unos seguidores que responden con creces, y que merecen una suerte distinta, pues si lo hacen en condiciones adversas, imagínense el día que haya un equipo como el Tolima en esta ciudad.
Este 7 de noviembre cerrará liga enfrentando al eliminado Santa fe, y lo menos, esperar un empate para igualar los 20 del anterior semestre, que no son buenos porque sería una temporada de 40 puntos, de 120 que se disputan, equivalente a un insuficiente rendimiento del 30%. Es lo que hay, dicen por ahí, o lo que construyeron. Llegó el momento del cambio, no hay otra, no pueden seguir hiriendo el fervor de la hinchada.
Hasta la próxima...