Se cumplieron 100 días de la invasión de Rusia a Ucrania, tiempo en el cual los soldados de Vladimir Putin han logrado el control del 20% del vecino país, cuya soberanía fue violada bajo el argumento engañoso de defender la seguridad de los rusos. El balance es de, al menos, 50 mil soldados muertos de ambos bandos y unos 4 mil civiles, según la ONU, con una alta cantidad de niños entre ellos, además de familias ucranianas enteras que han salido del país para salvar sus vidas.
Los perjuicios económicos para ambos países también son enormes, debido a que los campesinos de Ucrania no han podido recoger las cosechas ni sembrar alimentos, lo que ya se ha visto reflejado en escasez y crisis económica, lo cual tiende a empeorar en los próximos meses. La situación también ha llevado a que se tenga una crisis energética, con consecuencias en un alza exagerada del precio de los hidrocarburos. Para solo mencionar las consecuencias para Rusia, el Banco Mundial considera que su economía tendrá una caída cercana al 11,2% este año. El daño para Ucrania es, por lo menos, cuatro veces peor.
El mundo también ha sentido el reflejo de esta situación, con una inflación general, disparada de precios de los fertilizantes y escasez de productos clave para la alimentación en países pobres de Asia y África. En América Latina y Colombia, aunque estemos lejos, también sentimos las repercusiones de un conflicto irracional, comenzado por una mentalidad totalitaria y peligrosa.
Son 100 días de enormes daños a los ucranianos y al mundo que, como van las cosas, podrían multiplicarse por muchos más en las próximas semanas y meses, de acuerdo con el empecinamiento de Putin en hacer ver como triunfo lo que solo es derrota para todos, incluyéndolo a él. Su plan era entrar a Ucrania y cambiar su gobierno en una semana, pero el tiempo pasa y los mismos ciudadanos rusos ya claman que se ponga punto final a esa absurda operación militar.
Los niños refugiados ucranianos en otros países europeos y en el mundo, en general, ya son cerca de 2 millones, según los cálculos de Unicef, pero se calcula que son poco más de 5 millones los niños de ese país que requieren ayuda humanitaria urgente. El total de refugiados se calcula en 6,8 millones de personas y los desplazamientos totales, en muchos casos internos, se calculan en unas 8 millones de personas. Es una emergencia de enormes proporciones que reclama que se ponga fin cuanto antes a la invasión y que vengan las reparaciones. Se calcula que si la invasión parara ahora, la recuperación de Ucrania necesitaría la inversión de 580 mil millones de euros.
Por todo esto, la ONU asegura que la brutal invasión de Rusia a Ucrania “no tiene y no tendrá ganador”. Es la que se llama una guerra de desgaste en la que Putin parece dispuesto a hundirse y llevarse todo lo demás con él. El hecho de que Ucrania no haya podido ingresar a la OTAN antes del ataque ruso impidió que esa organización pudiera involucrarse de manera directa, y hará que se convierta en un conflicto eterno, según muchos expertos. Ojalá no sea así, y no tengamos que ver otros 100 días de insensatez.