Pocas veces el deporte caldense se da el lujo de contar que ha brillado en los Juegos Nacionales. Apenas 3 veces en 22 ediciones. Lo hizo en 1988, cuando se disputaron en el Eje Cafetero; también en el 2000, en Boyacá y Nariño, y ahora de nuevo en el Eje Cafetero. Si bien en 1988 y en el 2000 el departamento sumó 13 medallas de oro, ahora la cifra la elevó a 18 metales dorados, pero fueron 94 preseas en total con las 34 platas y 42 bronces conseguidas por sus atletas.
Llegar a esta cifra no se hace de la noche a la mañana. Todo ha sido producto de la voluntad política, en especial de la actual Administración departamental que se propuso hacer de estos Juegos la mejor figuración de Caldas en toda su historia y lo logró. Con este paso cumplido hubo recursos, conocimiento y proceso. Fue una apuesta de cuatro años que permitió formar a una generación de atletas que puede representar a Caldas en las próximas dos ediciones de los Juegos Nacionales.
Deportistas que hace un año brillaron en los Juegos Intercolegiados, ahora también lo hicieron en los Juegos Nacionales del Eje Cafetero. La nadadora Stefanía Gómez es el ejemplo de que un talento visto a tiempo y bien acompañado dará los resultados esperados. Ahora hay que cuidarla. Con el cambio de administraciones municipales y departamental no podemos volver a aquellas épocas de las marchas y las protestas del sector por falta de apoyo. Con técnicos pagos a partir de febrero o marzo y deportistas mal patrocinados. Tampoco se puede perder la visión técnica que se le ha dado al deporte de Caldas en los últimos años y que está dando estos frutos. Dinero invertido debe tener un destino técnico, y no puede quedar disposición del dirigente que, en muchos casos, llegó a su liga respectiva por razones ajenas a lo deportivo y no por poseer el conocimiento necesario para saber utilizarlo en sus atletas.
También, ya es hora de que la Gobernación de Caldas y las Ligas Deportivas miren hacia el departamento. Saber que aquí, como sucedió en estos Juegos Nacionales, pueden estar los talentos. Los Juegos Departamentales, más que un anhelo, son una necesidad. Igualmente, revisar la apuesta con deportistas de otras regiones, si bien es cierto que vinieron y ayudaron en muchos aspectos para que los nuestros crecieran, no dieron la medalla de oro, que fue el objetivo de traerlos. No podemos dejar ir a nuestros deportistas a otras regiones atraídos por mejores condiciones técnicas y económicas, tal como se empezó a rumorar en los últimos días de los Juegos.
Eso, sin olvidar que se requiere además mantener los diferentes programas de recreación y de hábitos y estilos de vida saludables que deben complementar la atención para toda la población, más allá del deporte de alto rendimiento. En manos de Henry Gutiérrez y de Jorge Eduardo Rojas, gobernador de Caldas y alcalde de Manizales, recién elegidos, está el futuro del deporte de Caldas, pero también de los alcaldes de los otros 26 municipios del departamento, que tienen que ser los primeros en identificar a través de sus programas locales las figuras que deben ser apoyadas y formadas para que pasen a las ligas y nuestro deporte siga en crecimiento.