El presidente Petro debería hacerle un serio llamado de atención a Guillermo Alfonso Jaramillo, a cargo de este Ministerio, para que actúe con sensatez y deje de incurrir, cada que le provoca, en necedades que indisponen contra su Gobierno. La más reciente fue el lunes en Bucaramanga, donde comenzaron cerca de 14 audiencias públicas que se realizarán por el territorio nacional, previas al tercer debate del proyecto de reforma a la Salud en el Senado. Jaramillo aseguró que si hacían falta recursos para financiar esta reforma se debería implementar una nueva tributaria: “y pongamos a los empresarios a que paguen”.
Como un baldado de agua fría cayó esta desatinada e infundada propuesta, porque en el desequilibrio económico nacional del 2023 en Colombia mucho tuvo que ver la reforma tributaria que el Congreso le aprobó al Gobierno Petro en el 2022 imponiendo costosas obligaciones a los empresarios. Cómo será, que hasta el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, rechazó estas palabras y para tapar el error sostuvo que piensan hacer es una reforma solamente para ajustar la tarifa del Impuesto de Renta Corporativa, no para aumentar ingresos. Pero soltó esta perla: “Dejémoslo a él que divague”.
Presidente Petro, no se puede ocupar un puesto ministerial divagando, mucho menos con la salud porque es también hacerlo con la vida. En noviembre, Jaramillo tuvo que salir a matizar sus declaraciones en un debate de la reforma en la Cámara, indicando que las vacunas de covid-19, excepto la de Sinovac, sirvieron para el más grande experimento que se haya hecho en la historia de la humanidad y que esto no podía volver a ocurrir. ¿Cuántos muertos habría tenido Colombia si el Gobierno de Iván Duque no hubiera adquirido los biológicos para que el país se vacunara gratis? También criticó el año pasado la apertura de UCI durante la pandemia y lo calificó como un negocio.
Será que ya es momento de cambiar a este ministro, que poco le ha aportado al sistema. Ni siquiera en el Congreso saben cuánto costará la reforma a la salud, porque el Ministerio no lo ha dicho exactamente. Fuera de eso, pareciera tratar de desestabilizar a las EPS que atienden a la población enferma, pero mientras no exista algo funcionando y garantizando al 100% la atención, los tratamientos, las intervenciones quirúrgicas y el suministro de medicamentos a todos los colombianos el Gobierno se está exponiendo es a riesgos jurídicos que podría evitarse.
La Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (ACEMI) mostró su preocupación porque el Minsalud ajustó la Unidad de Pago por Capitación (UPC) para las EPS este año sin hacer un cálculo técnico que lleva a desfinanciar más el sistema y a profundizar su crisis, al parecer con el ánimo de justificar que es el modelo estatista el que funcionaría. No se puede acudir a artimañas para que le aprueben un proyecto de ley sobre el que 18 exministros y exviceministros de Salud se pronunciaron porque llevaría al colapso. Los senadores de la República deberán tener la suficiente capacidad ética y moral para debatir este proyecto de reforma, no dejarse seducir por la mermelada, porque se trata de la vida de todos los colombianos.