El deporte no solo puede tomar vigencia y adquirir importancia en los meses previos a la realización de un certamen nacional o internacional o durante su desarrollo, como sucedió con los pasados Juegos Deportivos Nacionales del Eje Cafetero. Debería ser una preocupación constante, diaria; porque el deporte, igual que la cultura, son herramientas sociales que permiten no solo la ocupación del tiempo libre de la población, sino que cuando se ejecutan bien generan impactos tan profundos en ella que hasta se pueden convertir en acciones para alcanzar la paz.
Un solo partido de fútbol ha servido para que cesen temporalmente los fusiles o se deje de consumir droga en las esquinas. Ahí ya hay un mensaje que debería ser copiado por los mandatarios que cumplieron su primer mes de ejercicio. Infortunadamente al deporte y la cultura los pusieron a depender en muchos territorios de la politiquería, esa que solo apoya con recursos y gestiones a los que les convenga, a los que den votos; pero no siempre a iniciativas que llevan un proceso o que tienen resultados.
Desalienta demasiado y deja un sinsabor que el Gobierno Petro haya desperdiciado una oportunidad para el país y que Barranquilla ya no vaya a ser sede para los Juegos Panamericanos del 2027. El Gobierno nacional incumplió los plazos de pago establecidos en un contrato firmado con Panam Sports (Organización Deportiva Panamericana) que tenían que ver con derechos de organización. Las explicaciones han sido vagas, confusas, pero hacia afuera se relaciona este descuido con una dejadez del Gobierno nacional, que al parecer no estaba interesado en que Barranquilla, gobernado por el opositor alcalde Alejandro Char, figurara como ejecutor de estas justas deportivas.
En el plano caldense, ciclistas profesionales de la región empezaron año desempleados y tuvieron que viajar con sus propios recursos a la prueba élite del Campeonato Nacional de Ciclismo en Boyacá y buscar oportunidades, pues se terminó la alianza Supergiros, Alcaldía de Manizales y Gobernación de Caldas. De otro lado, para los Juegos de la Juventud, que serán en noviembre en el Eje Cafetero, no hay acciones del Ministerio del Deporte para su organización, aunque los departamentos tienen las reservas presupuestales que les corresponde. El Ministerio ya se debería estar ejecutando.
Cuándo será que los gobiernos comprendan y asimilen de verdad que cualquier certamen, deportivo o cultural, que se realice ayuda enormemente al fomento del turismo, promociona las ciudades, atrae la inversión, impulsa la economía y ofrece otras alternativas. Es una tarea para los nuevos gobernadores y alcaldes, aunque algunos están repitiendo periodo como en el caso de Manizales, Jorge Eduardo Rojas, que se declara amigo y conocer del deporte y de la cultura. El deseo es que eso ocurra en todo Caldas y los resultados se empiecen a ver y muy pronto.