Las alertas emitidas por hospitales y clínicas (IPS) en Manizales deben ser escuchadas por el Gobierno nacional para que actúe cuanto antes sobre cuentas pendientes de las EPS. Ya son una cartera de difícil recuperación y se teme que esa plata se pierda. Pareciera que algunas No tienen intención de cancelar deudas y están acudiendo a maniobras dilatorias para no ponerse al día en el pago de servicios prestados antes de que el Gobierno decidió intervenirlas a través de la Superintendencia Nacional de Salud. Pero el Gobierno no puede ser juez y verdugo al mismo tiempo.
Dos ejemplos. Al SES Hospital Universitario de Caldas le debían a junio $98 mil 54 millones y al Hospital Departamental Santa Sofía $30 mil millones. El gobernador Henry Gutiérrez reportó que, con corte a 31 de marzo, en el departamento eran $567 mil millones sin pagar a las IPS, de los cuales $321 mil millones son a instituciones privadas y $246 mil millones a las públicas. Eso no solo origina un problema administrativo y para ahí. La consecuencia más grave en toda esta cadena es que las deudas sin pagar empezaron a afectar la atención de los pacientes.
El SES disminuyó servicios electivos, sobre todo los quirúrgicos y ambulatorios de ayudas diagnósticas, también algunas consultas. Santa Sofía advierte que si no logra recaudar estos recursos no tendrá presupuesto para funcionar, es decir, para contratar y muchos servicios los tendrá que empezar a cerrar paulatinamente; siendo ambos hospitales de referencia y contrarreferencia, allí llega la mayoría de casos de tercero y cuarto nivel de complejidad.
Las intervenciones de la estatal Supersalud a varias EPS del país, como Sánitas y Nueva EPS que son de las más grandes, fueron en abril. Ya han transcurrido cuatro meses y el Gobierno no gira los recursos para alivianar las cargas de las IPS. Hasta el momento se puede decir que no ha servido la decisión del Ministerio de Salud y de la Súper de que los dineros los girara en adelante la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) a las IPS directamente, ya no por intermediación de las EPS. ¿Cuál es ahora la dificultad, si hubo un cambio decretado por el Gobierno y así tampoco les llegan los dineros?
Ministerio, Superintendencia y Presidencia tienen que entender que son el núcleo del sistema de salud colombiano; que su función no es solamente fiscalizar y controlar, y que si los recursos no fluyen el servicio colapsa. Las IPS están tratando de sobrevivir haciendo ajustes, pero muy pronto, en uno o dos meses, se les acabarán las reservas y el aire para continuar si no reciben una inyección económica. Entonces el Gobierno nacional estará dando la razón a quienes sostienen que el sistema de salud en Colombia no era tan malo como se quiso hacer ver y que no había que acabar con lo bueno que se tenía. El sistema hoy padece más que como venía y se empieza a sentir pánico.