La advertencia se hizo el mes pasado, faltando 28 días para que Carlos Mario Marín terminara su Alcaldía en Manizales. En ese entonces previnimos de la densificación del espacio público en el Centro y sobre todo a lo largo de la carrera 23, que se había convertido en un problema auspiciado durante los cuatro años de su periodo por la ausencia de medidas de choque y de políticas para enfrentar el desorden, los abusos, la ilegalidad y la inseguridad. Tal y como se dijo, concluyó diciembre con una alta ocupación y con todas las consecuencias negativas que esto trae para la ciudad.
El 1 de enero llegó el nuevo alcalde, Jorge Eduardo Rojas, y en el desarrollo de la Feria anual se triplicaron las ventas informales en esa zona, con permisos -suponemos- otorgados por la anterior Administración, la de Marín que organizó la pasada Feria, y que obligaron a peatonalizar todo ese trayecto durante 10 días que duró el evento anual por la cantidad de puestos de todo tipo de productos, incluyendo los de comidas que exigen tener fogones que emplean distintos combustibles y hacen más peligrosas las labores por falta de control riguroso al uso seguro. Concluyó el festejo y la invasión se volcó otra vez a los andenes en ambos costados de la vía, porque el tránsito de vehículos se abrió de nuevo.
La Administración Rojas no quiere poner el espejo retrovisor para abordar este problema, aunque tendrá que hacerlo en cualquier momento porque la toma del espacio público ha alcanzado dimensiones inmensurables por la cantidad de gente que desarrolla sus actividades en las calles y por las situaciones que se están dando. Los propios líderes de los sindicatos de trabajadores informales, conformados legalmente, son los que revelan que la ausencia del Estado permitió que sucedieran cosas como la integración de grupos que expedían carnets con acreditaciones no oficiales y supuestos permisos para establecerse en la 23; además de usar todo esto como trampolín para volverse mafias gota a gota.
La nueva secretaria de Gobierno Municipal, Paula Andrea Sánchez, asegura que será prioridad resolver los problemas de la 23, que desde la Feria se empezaron a reunir con los líderes y que el alcalde Rojas anunciará próximamente las propuestas para intervenir este sector. Se espera que sea rápido, porque la invasión del espacio publico está dejando sin espacio suficiente a los peatones para caminar seguros por los andenes, a los vehículos sin la visibilidad adecuada para circular normalmente, y a los comerciantes formales, que pagan impuestos para poder operar, impactados con la reducción de las ventas y con el desorden.
Serán muchos los vendedores informales que necesitan trabajar en las calles porque es la única opción laboral que tienen, pero cuántos son habrá que establecerlo con estudio socioeconómico hecho por profesionales, que arroje además cuántos son los que no pueden continuar allí porque no lo requieren. De forma paralela tendrá que hacerse una labor coordinada con la Policía para investigar y desarticular las prácticas ilegales que se están moviendo por la carrera 23 y le están haciendo mucho daño al Centro Histórico que no ha logra comenzar su recuperación. No es fácil resolver todos estos problemas por lo arraigados que están, pero si por lo menos se comienza por poner orden y hacerlo respetar, será una ganancia para la ciudad.