Ayer concluyó la edición 67 de la Feria de Manizales con un balance positivo y en su mayoría del agrado de propios y visitantes. El buen clima jugó como factor esencial y se mantuvo casi durante los 10 días de festejo, permitió que la gente saliera a disfrutar de los eventos gratuitos y de los que requerían pago. La excepción fue el viernes, cuando las fuertes lluvias impidieron desarrollar algunas actividades planificadas para la noche; tema del que deben empezar a ocuparse las autoridades para futuras ferias y tener a la mano alternativas en caso de que se vuelvan a presentar.
Fue una Feria segura, reportó el alcalde Jorge Eduardo Rojas, quien resaltó la labor de por lo menos dos mil policías en las principales calles para mantener y garantizar el orden público en los eventos de Feria. Se les vio cuidando a la ciudadanía, igual que rondas de soldados del Ejército Nacional que brindaron tranquilidad día y noche. No se tienen registros de homicidios y eso muestra que sigue siendo una ciudad segura y de buen comportamiento, más cuando hay efectivos vigilando. Cuatro riñas reportadas en la Plaza de Bolívar el viernes lograron ser controladas a tiempo.
Los desfiles siguen siendo de las actividades preferidas del público y de asistencia multitudinaria, pero ya se debe pensar en un rediseño. Está bien que se mantengan las representaciones autóctonas y las tradiciones, porque además se convierten en oportunidad laboral para nuestros artistas y promueven la cultura, pero hay que empezar a buscar mentes creativas que, sin dejar perder la esencia de la Feria, ayuden a imprimirle novedades y no se entre en un desgaste, como pareciera ser y no solo para los desfiles, también para buena parte de lo programado. El desfile a caballo, nuevo nombre que se le da a la cabalgata, concluyó según reportes con un caballo muerto, excesos que no se pueden permitir.
Lástima por haber sido una Feria sin Reina de Manizales ni concierto central. Fue una Feria que dejó organizada la Administración anterior de Carlos Mario Marín y la ejecutó la Alcaldía Rojas, pero quizás faltó gestión y trabajo conjunto si se hubiese permitido, para haber logrado resolver estos dos asuntos de última hora y no quedarnos sin una anfitriona que sirve como embajadora y de apoyo a las candidatas al Reinado Internacional del Café, además del concierto de Feria que atrae a muchos turistas si vienen buenos artistas.
Destacable además la puntualidad de casi todo lo programado, contadas excepciones en actividades deportivas. Se debe conservar y convertirse en exigencia porque representa respeto al público. También dejan una derrama económica importante para Manizales la Temporada Taurina, que sigue caracterizando a la ciudad en el contexto nacional e internacional y demostrando que es dinamizadora y que no debe desaparecer; la exposición artesanal, los eventos deportivos, el Reinado Internacional del Café, la descentralización de la programación a barrios y veredas. Fue una buena Feria y habrá que esperar las cifras oficiales de lo que representó para la ciudad, aunque no faltaron los lunares y de resolverlos tendrá que encargarse esta nueva Administración. Ojalá lo logre, para bien de todos y del evento.