Pueda ser que las advertencias que se han hecho con respecto a la situación de orden público en el corregimiento de Arauca (Palestina) las asuman con todo el rigor la Gobernación de Caldas y la Alcaldía de ese municipio para emprender cuanto antes las acciones correctivas y evitar con ellas la ocurrencia de más muertes y heridos como se han venido presentando, incluso desde las últimas dos semanas de diciembre del 2023, que tienen asustados y en alerta a los pobladores por el riesgo que representan. Hay que tener en cuenta que Arauca es una zona turística, de fincas y conjuntos cerrados, y eso complica más las cosas si no se actúa a tiempo.
Como lo registró LA PATRIA, todo apunta a que los responsables serían los combos del Cartucho y el de la 40. Se trata de una reactivación del fenómeno social fronteras invisibles entre Barrio Nuevo y Las Colinas, donde jóvenes de un grupo no pueden estar en territorio del otro. Se trata de divisiones imaginarias definidas por los actores armados, que usan como estrategia para promover la confrontación y disputarse la hegemonía y el ejercicio del poder y la autoridad frente a sus integrantes y la comunidad. Eso es lo más delicado de este problema, que las autoridades permitan que estos grupos, ya identificados, sigan cogiendo fuerza para lograr su cometido. El 23 de diciembre hubo un primer enfrentamiento con armas blancas que dejó dos jóvenes lesionados en un balneario al otro lado del puente Aquilino Villegas de Arauca, ya en jurisdicción de Anserma. Uno quedó con una herida en un pulmón, pero sus agresores impidieron inicialmente que pasara al corregimiento a ser atendido en el hospital. Logró ser trasladado de urgencia a Manizales, donde le salvaron la vida. En el corregimiento tienen identificado como integrante de uno de estos combos a un hombre que salió recientemente de la cárcel, con pretensiones de asumir el control del microtráfico.
Las autoridades tienen que evitar que la gente, por miedo a perder su vida, tenga que abandonar el corregimiento, como le ocurrió a alguien que fue apuñalado por tener amistad con personas que no caen bien en el otro combo. Hay que sumar el asesinato a bala de un hombre en Barrio Nuevo el 1 de enero, quien había llegado de Medellín. Atribuyen los hechos a posibles disputas por microtráfico. En Arauca saben lo difícil y lo que implica tener que enfrentarse a problemas derivados del microtráfico, del sicariato y de bandas delincuenciales. No son situaciones nuevas y por eso el llamado a la Alcaldía de Palestina y a la Gobernación de Caldas.
Hay que tomarse muy en serio lo que viene sucediendo en Arauca; reforzar allí la seguridad, igual que en sus alrededores, e iniciar las investigaciones pertinentes para desarticular estos combos que ya empezaron a hacer de las suyas en contra de la población. No puede ser que una zona como esta, con problemas ya identificados por la comunidad, no cuente con los uniformados suficientes para garantizar el orden público. La noche del 31 de diciembre, en medio de esta tensión que obligó a la Policía a ordenar cerrar los establecimientos a las 11:00 p.m., solo había entre 7 y 8 uniformados. Así es muy difícil dar seguridad. Se esperan las gestiones inmediatas del gobernador, Henry Gutiérrez, y del alcalde de Palestina, Álvaro Andrés Osorio.
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