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Manizales termina este 2023 con la autorización de la Agencia Nacional de Seguridad Vial para poner a funcionar equipos de detección de infracciones de tránsito en dos puntos de la ciudad: carrera 23 con calle 34, cerca al Instituto Universitario, y en la Avenida del Centro, sector adyacente al almacén París. La temida medida la preveían muchos desde marzo, aunque la Secretaría de Movilidad en ese entonces no fue clara siquiera con el Concejo, donde preguntaron si en el contrato para manejar la concesión de tránsito se incluían las fotomultas.
No hubo respuestas específicas, ni para concejales ni para los medios de comunicación que indagábamos sobre el tema; más allá de decir que en ese proyecto quedaban establecidas las condiciones para que el Municipio solicitara la autorización para instalar ese tipo de tecnología en los próximos 15 años. El secretario de Movilidad Municipal, Cristian Mateo Loaiza, debió ser sincero con la ciudad y sus habitantes, no andar con rodeos, por más antipopular que sea esta autorización que solicitaron a la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
Aunque el propósito de las fotomultas es bueno al buscar sancionar a quienes les gusta y aprendieron a eludir las normas de tránsito, y eso sirve para reducir la mortalidad y la accidentalidad en las vías, los antecedentes en Colombia no son nada halagüeños. Hay muchos casos en municipios donde se ha incurrido o se incurrió en abusos de sus operadores, o se han convertido en una actuación más alcabalera que pedagógica para los conductores, que es lo que se necesita para cambiar malos hábitos cuando alguien está frente al volante. Chinchiná es un ejemplo donde tuvieron que desmontar los equipos. La Alcaldía no tenía competencia para instalar mecanismos de control de velocidad en una carretera nacional y los tuvo funcionando durante un tiempo.
En Manizales muy provechoso hubiese sido que la Secretaría de Movilidad desarrollara un programa educativo fuerte con conductores de todos los tipos de vehículos y con peatones, porque también entre ellos hay muchos infractores. No se trata solamente de entregar volantes o de salir con ruidosas campañas por las calles. Hay que convocar a la formación ciudadana, para eso existe un parque didáctico de tránsito público en el Bosque Popular que podría ser utilizado para este fin. Donde se aprenda y reaprenda las señales de tránsito y las normas para conducir y para caminar por las calles de forma segura y respetando a los otros que hay alrededor; porque muchos piensan que van solos por las vías.


También hay que decirlo, en Manizales entre los cinco tipos de infracciones que se aplicarán con este sistema de fotomultas es por conducir un vehículo a velocidad superior a la máxima permitida, la cual deberá estar señalizada por sectores. Por la Avenida Santander es de 30 km/hora, bien difícil quedará cumplirlo por ser lenta en exceso, y no hay ninguna señal por la Avenida del Centro que la indique. El secretario de Movilidad anunció que estos días previos a la puesta en marcha de la fotodetección serán de pedagogía, que no se ha visto y ya la deberían estar haciendo porque están de salida. La próxima Alcaldía, de Jorge Eduardo Rojas, tendrá que decidir si mantiene este mecanismo para multar a los infractores o mejor arranca por la educación y por mayores controles de agentes y policías de tránsito.