El segundo municipio más importante del Centrosur de Caldas, por el número de habitantes, es Villamaría. Las proyecciones del DANE a 2023 dicen que allí residen 68.601 personas en sus zonas urbana y rural, esta última que tiene por lo menos 22 veredas y lo convierten en un municipio proveedor de alimentos. Posee dos áreas industriales, cerca a la vía Panamericana y en La Floresta, donde operan empresas que además de generar empleo promueven la inversión local. Se trata de un municipio que por su cercanía física con Manizales empezó a generar procesos de conurbación que hoy son innegables y deben potenciarse mediante estrategias de planificación. Son muchos los que de Manizales decidieron irse a vivir a Villamaría; por gusto, por comodidad o porque allí son más baratos los servicios públicos y la tierra, comparativamente con la capital. Eso es consecuencia de no tener actualizado el Plan Básico de Ordenamiento Territorial (PBOT), al que no le hacen nada desde el 2007 y por eso lo califican obsoleto. La estratificación va del 1 al 4, que baja sustancialmente el costo de habitabilidad. ¿Cuántos recursos está perdiendo Villamaría por no tener su PBOT al día? De hacerlo habrá más dinero para inversión pública y la consecuente solución de problemas coyunturales. Villamaría tiene establecidos unos cinco colegios privados, en donde cursan sus estudios buena parte de alumnos de Manizales, lo que también nos une.
Sumados todos estos elementos: empresarial, habitabilidad y escolaridad dan como resultado que lo que ocurra en Manizales afecte también a Villamaría y al contrario. Ahí están los problemas de movilidad entre los dos territorios, cuyas vías ya se han quedado cortas para la carga vehicular que reciben. La construcción de un cuarto carril de acceso a Villamaría, obra que ejecutan la Gobernación y la Alcaldía, apunta a mitigar en algo ese conflicto vial, especialmente en horas pico, pero las administraciones venideras tendrán que sentarse a pensar en otras soluciones, como una nueva vía desde Manizales que desahogue lo que ocurre hoy por la Panamericana. También hay que incluir la falta de vías y de parqueaderos en Villamaría, que hacen caótico circular por sus calles.
En su territorio se ubica el Volcán Nevado del Ruiz, que aunque se encuentra en estado de alerta amarillo, también hay que entender que es un activo turístico del departamento y se debe seguir promoviendo junto a Manizales. Igual debe pensarse en que la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) que construye Manizales en la zona limítrofe de Los Cámbulos puede ser opción para Villamaría, y a través de acuerdos comerciales se podría unir a los beneficios de este sistema, o por qué no pensar, alejados de intereses y prevenciones políticas, en que Aguas de Manizales, Aquamaná y Empocaldas se puedan unir en un negocio en el que cada una aporte y preste servicios públicos de mejor calidad.
Estas deberían ser prioridades que los ocho candidatos a la Alcaldía de Villamaría debieran estar contemplando en sus propuestas, pero además incluir la necesidad urgente de recuperar la imagen de un municipio golpeado por hechos de corrupción nacional como el de Las Marionetas, que tiene en detención domiciliaria al exalcalde Andrés Felipe Aristizábal que no pudo terminar periodo. El vecino municipio también debe estar incluido en los planes de quien vaya a gobernar en Manizales. Si no se impulsa la conurbación, difícilmente se lograrán resolver los problemas y ser más competitivos.
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