El regreso a clases tras las vacaciones de mitad de año supone, para estudiantes de colegios y universidades, el rehabituarse a rutinas y conductas que se habían dejado de lado. Eso también toca a los padres de familia.

El psicólogo José Fernando Vélez Trejos, docente universitario, conceptuó al respecto. Hizo la diferenciación entre los más chicos, a quienes debe acompañárseles en el proceso; y los adolescentes, que pueden hacerlo solos.

Con los niños

"Los padres, que son sus acompañantes, deben empezar a hablarles de que ya terminaron las vacaciones y que estas permitían mucha libertad, en la hora de acostarse, en la de levantarse, en los tiempos de juego", dijo Vélez.

Hay que indicarles a los pequeños, según el experto, que -reiniciada la etapa escolar- se deben enfocar en eso, en aprender y obtener los mejores resultados académicos posibles. No concentrarse, les genera problemas a final de año en el cierre de materias.

"Los papás les pueden exponer a los niños como ellos, aún siendo adultos, también se someten a las rutinas con el regreso al trabajo. Les pueden mostrar que ellos tienen que alistar uniformes y prepararse para cumplir", dijo Vélez.

El profesional mencionó que ahí el ejemplo es fundamental, toda vez que los menores terminan emulando los comportamientos de los más grandes. Subrayó que si el cambio de comportamiento no se da en los progenitores y/o cuidadores, difícilmente el pequeño se siente invitado a hacerlo.

"No es conveniente que piensen que se vive en unas eternas vacaciones, las rutinas poco a poco los van formando y eso impacta en su futuro. Cuesta creerlo, pero hay hogares así, sobre todo, aquellos en los que hay papás muy jovenes", explicó.

Vélez dijo que, es tarea diaria, invitarlos a ser juiciosos, ordenados, que eso complementa su educación. Acompañarlos a hacer sus tareas, sirve para detectar en qué área no son tan fuertes. Ahí pueden buscarse alternativas a tiempo.

Con los adolescentes

"A este punto, la persona tiene ya muchas claridades y sabe las normas, pero se les debe apoyar, porque están terminando la etapa escolar. El adolescente universitario, en tanto, sabe qué es lo bueno, lo malo y lo peor".

Se espera que, a esta altura, tengan una estructura que los haga dueños de sus tiempos y de las consecuencias de sus actos. A estos últimos, dijó Vélez, se les puede exigir más, pues están en capacidad de responder.

"No es el chico o la niña que no hizo la tarea o que tiene que esperar a papá o mamá para hacerlas. El adolescente universitario las debe hacer solo, no requiere de tanta cantaleta. Sabe que si no cumple, eso afecta su semestre", concluyó.

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