LA PATRIA | MANIZALES

El Juzgado Penal del Circuito del Líbano dictó sentido de fallo condenatorio contra la excomisaria Katherine de Los Ángeles García Rodríguez, por prevaricato por acción y por omisión, debido a irregularidades en el proceso de protección de la niña doradense Sara Ayolina Salazar, de 3 años, quien murió por su estado de desnutrición y maltrato físico severo en el 2017.

La menor estaba bajo el cuidado de sus padrinos, la pareja compuesta por Ángela Johanna Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres, luego de que su madre la entregó porque no contaba con los recursos para sostenerla.

Se determinó que la exfuncionaria no cumplió con sus funciones al no garantizar, proteger y reparar los derechos de la menor. Suscribió un acta de custodia solidaria, pero este no era el procedimiento adecuado, pues no se trataba de un asunto conciliable, debía además buscar una familia extensa u hogar sustituto y no revisó la situación de estas personas, ni su entorno familiar.

Meses después de la custodia, la niña ingresó al hospital con una picadura de abeja en su rostro. Ahí, los médicos detectaron que se encontraba en estado de abandono, con signos claros de maltrato infantil, desnutrición y descalcificación, lo que se informó oportunamente a las autoridades, entre ellas a la comisaria García Rodríguez.

Poco después se reportó el deterioro del estado de salud de la menor de edad, pero se logró comprobar que nunca acudió a verificar su situación. Posteriormente la niña murió.

La Fiscalía indicó que la mujer actuó de manera negligente, se saltó todas las normas legales e hizo caso omiso a las alertas que entidades como el ICBF le notificaron y se negó a restablecer los derechos de la menor.

La procesada renunció a su cargo un mes después de la muerte de la niña. La audiencia de lectura de sentencia será a mediados de febrero.

Condenas

A Ángela Johanna la condenaron a pagar 39 años de prisión por homicidio agravado y tortura agravada. A Edilberto, a 13 años por tortura agravada.

Malas condiciones

• La niña presentaba quemaduras de segundo grado en rostro, desnutrición ligera, anemia, entre otros.
• Las condiciones infrahumanas y de abandono causaron que Sara perdiera el cartílago de su nariz, sus dientes y mutilaciones en sus dedos.
• El dictamen médico-legal determinó que la causa de muerte fue el zarandeo (cuando una persona es balanceada con fuerza de un lado a otro de manera violenta). Sufrió además trauma severo en cabeza.
• Los peritos notificaron también que no había un solo espacio en su cuerpo que no tuviera una lesión o abrasión, así como cicatrices recientes y antiguas.