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Rubén Darío Gallego Arias, de 39 años, fue asesinado el 13 de septiembre del 2020.
LA PATRIA | MANIZALES
En enero seguirá el juicio contra un hombre, señalado por la Fiscalía de asesinar a Rubén Darío Gallego Arias. El ente acusador argumentó que el imputado esperó afuera de la casa a su víctima, para atacarla con arma blanca, el 13 de septiembre del 2020, en la vereda El Pomo, de Aguadas (Caldas), y se aprovechó de que el hoy occiso estaba embriagado. "Fue una retaliación, hay otras formas de resolver los conflictos", añadió la fiscal, al inicio de la audiencia.
El defensor del presunto victimario anotó que busca demostrar que no había ningún interés de su defendido en acabar con la vida de Gallego Arias. Por el estrado pasó la esposa del occiso, con quien compartió durante 18 años. Indicó que eran vecinos del señalado homicida y que en esa vereda vivieron 17 meses.
"Era una relación de solo saludo, no de amistad. No les conocí negocios, problemas o enemistadas graves. Solo una vez, ocho meses antes de la muerte de mi esposo, en Mermita, ellos cruzaron palabras porque Rubén Darío, sin culpa, le regó encima un aguardiente. No pasó a mayores".
Recordó que ese día llegaron unos amigos de Sonsón (Antioquia) a consumir licor a su casa y que a eso de las 3.00 de la mañana se despertó, vio muy embriagada a su pareja y le pidió que no se fuera para la calle, pues cuando tomaba le gustaba ponerse a andar.
Minutos después le avisaron que estaba malherido y un vecino de la vereda, que tiene una camioneta, le ayudó para transportarlo hasta el centro asistencial (hora y media). Los vecinos comentaron que el responsable era el hoy señalado, pero ella nunca le habló de ese tema al presunto homicida.
El tío del imputado y dueño de la camioneta declaró que fue su sobrino quien le tocó a la puerta para que sacara el carro y transportara al lesionado hasta Aguadas. "Luego la gente rumoró que él era el responsable, pero no le pregunté nada de eso, ni sé si tenían problemas", remató.