Tres hechos de sicariato el año pasado en Manizales estarían relacionados con la banda de la Montaña, que opera principalmente en la Galería de la capital de Caldas y en Villamaría, según relató un investigador. Entre las víctimas está Edwin Fernando Valencia, conocido como Milhojas.

El funcionario narró que pese a que el cabecilla de la organización, William Ocampo Gaviria (Guacamayo) está en la cárcel, este grupo delincuencial sigue mandando en el negocio de la venta de estupefacientes en la plaza de mercado.

Recientemente LA PATRIA denunció la presencia de ciudadanos extranjeros quienes se identificaron como supuestos miembros del Tren de Aragua, temida banda criminal que delinque en distintos países de Latinoamérica. Estos se estarían dedicando a la extorsión y un sinnúmero estaría encargado de vender estupefacientes en la Galería.

Sin embargo, el investigador consultado por este medio indicó que no es un secreto que personas del exterior estén vendiendo drogas al menudeo en el sector, pero el negocio tiene nombre propio y es La Montaña la que manda. Sin su autorización, nadie puede delinquir allí.

Hace 15 días, los nombres del cabecilla y de la banda volvieron a salir a flote durante el juicio que se adelanta contra el abogado Samuel Sánchez Cañón; Fernando Castrillón, investigador privado y Jorge Andrés Ocampo Gaviria, alias Maravilla y hermano de Guacamayo, por supuestamente intentar sobornar a unos testigos por el hurto en noviembre del 2015 a la casa del político Ómar Yepes Alzate.

¿Quiénes son?

En el 2017, investigadores de la Policía de Manizales pusieron al descubierto a la banda que empezó a delinquir tras la desmovilización del Cacique Pipintá de las Auc, en septiembre del 2007, conformada por exmiembros del grupo paramilitar.

Se estableció que los de La Montaña se dedican al expendio de estupefacientes, al sicariato, préstamos gota a gota, chance ilegal y a los hurtos a gran escala. Tras los operativos fueron cayendo miembros como los hermanos Salazar, alias Nari y Traba, provenientes de Nariño y encargados de cometer asesinatos, el Negro, Traba, Candonga y Silvio Hernán Gallo (asesinado en octubre del 2018).

El ataque ocurrió en la calle 22 entre carreras 26 y 27 y por estos hechos capturaron a tres sujetos conocidos como Cali, Pipe y Chicharra. Al parecer, este tenía conflictos con un grupo de expendedores y existía un conflicto territorial.

De la banda también hacía parte Víctor Manuel Sua Arcila, alias Papito, a quien mataron en noviembre del 2015 en el barrio Los Alcázares. Las autoridades lo señalaban de ser jefe de sicarios de la Montaña.

En el 2006 intentaron asesinarlo en dos ocasiones. En la primera, reconoció a quienes pretendían balearlo, los saludó y abortaron la misión. En la segunda lanzaron una granada contra una vivienda en Los Agustinos, en la que estaba Papito, además dispararon en repetidas ocasiones, pero este alcanzó a escapar. Los atacantes asesinaron a dos niños. En este caso absolvieron en segunda instancia al señalado autor intelectual.

Así mismo, está Hernando Ríos Valencia, alias Culebro, señalado de tráfico de estupefacientes y lavado de activos. Controlaba todo el negocio ilícito de la Galería y aunque lo capturaron, en el 2018 siguió haciendo de las suyas desde la cárcel La Blanca, desde donde dirigía el ingreso de droga al penal.

De acuerdo con el investigador, este sujeto y Guacamayo montaron esta estructura. Los matones eran Juan Sebastián Gómez Ortega, alias Cepillo, sicario del Cacique Pipintá (con 34 homicidios reconocidos), Beto o charco de Sangre, pelo de Chócolo (exagente de la Policía), Rosiberio y Manuel. Unos 10 taxistas los movían por la ciudad.

Empezaron a llegar a los expendios de Manizales que no controlaba la banda y empezaron a tomarlos por la fuerza. Expendedor que no accediera a sus pretensiones, lo mataban y en un año se llegaron a contar 50 homicidios por ajustes de cuentas entre microtraficantes.

En El Carmen mataron al Enano; en Nevado, a Blandón; en El Paraíso, al Zorro; en Persia fueron tres víctimas entre quienes estaban Jhon y la Ternera; en Solferino, al Pereirano.

Indicó que el Negro estaría cobrando protagonismo en Manizales y sería administrador de burdeles de unos hombres conocidos como los hermanos del Río, investigados por la supuesta compra de una tonelada de cocaína al Eln. También manejaría compraventas de vehículos.

Dos golpes fueron importantes para exponer la reciente actuación criminal de La Montaña. El primero fue a la banda de Evelio, que tenía la venta de estupefacientes en el sector de La Cañada y utilizaba túneles entre dos viviendas para evadir a las autoridades. El otro fue contra Ariel, quien expendía sustancias controladas en pleno corazón de la Galería.

La muerte de Edwin

Edwin Fernando Valencia, Milhojas, era testigo contra los tres hombres señalados de soborno. Estos pretendían que él, otro hombre y una mujer cambiaran sus versiones sobre la participación de Guacamayo en el hurto millonario a la vivienda de Ómar Yepes. La cifra es inexacta, pero se habla de $3 mil millones sustraídos.

Este sujeto estuvo detenido en la cárcel de Pácora, hasta donde habría ido a visitarlo Sánchez Cañón y le ofreció dinero para que sacara limpio al líder de La Montaña. Sin embargo, este se negó a cambiar su testimonio.

El 16 de julio del 2023 lo asesinaron sicarios en un bar ubicado en la Curva del Kumis, en la carretera Panamericana, de seis disparos. Se dedicaba a los préstamos gota a gota. Contaba con antecedentes por homicidio, hurto calificado y agravado y porte ilegal de armas de fuego.

En su confesión ante investigadores de la Dijín, que se usará como prueba contra el abogado, indicó que se dedicaba a asaltos a mano armada, al tráfico de estupefacientes y sicariato.

El hurto a Yepes

En noviembre del 2015, un grupo de ladrones comandado supuestamente por Guacamayo ingresó a la vivienda del exsenador Ómar Yepes, a quien le hurtaron, al parecer, $3 mil millones en efectivo. Durante el juicio por soborno un testigo decidió hablar, está amenazado y será pieza clave para descifrar el misterio.

La captura de Guacamayo

A Guacamayo lo capturaron en marzo del 2018 por concierto para delinquir agravado. Una fiscalía especializada lo presentó ante un juez de Medellín, no aceptó cargos y lo recluyeron en la cárcel de Itagüí. Su defensor es Samuel Sánchez Cañón. Actualmente está libre por vencimiento de términos.