LA PATRIA | MANIZALES

La taza que esta semana nos tomamos no podrá ser de buena calidad porque, al momento de servir el agua, nos encontramos con que salió turbia y contaminada.

La misma situación está padeciendo el río Chinchiná, afluente en el que desde 1997 se ha proyectado construir una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR). Sin embargo, en la actualidad, 26 años después, esto no tiene mayores avances.

Por eso, su cauce continúa recibiendo, sin procesos de saneamiento, líquidos contaminados provenientes de las casas  y lixiviados. 

Quedamos con Un Café de agua turbia que, aunque no nos permitirá tomárnoslo, hará que hablemos de los tropiezos de este proyecto, a pesar del impulso que en los últimos años había tenido.

El tema de este capítulo fue elegido por los seguidores del Instagram de LA PATRIA.