80 kilómetros y dos horas de recorrido en carro separan a Manizales de Murillo (Tolima). Visitar un domingo este municipio es encontrarse con cotidianidades de un pueblo ubicado a 2.950 m s.n.m. y con una temperatura promedio de 12º centígrados.
Visitar Murillo es sumergirse entre el color y el silencio. Este último a veces se extingue por el ruido de una moto, el galope de un caballo o por el mugido de una vaca. Las casas tradicionales y coloridas sirven de marco de foto para el turista que visita este municipio del Tolima, que se convirtió en un atractivo turístico luego del arreglo de la vía que lo une con Manizales (Caldas).
Los locales de ruanas y sombreros se mezclan con los niños de mejillas coloradas por el frío de la zona. Visitar este pueblo es encontrarse con cotidianidades y a la vez con postales para el recuerdo.
La economía del municipio se centra en la producción de leche, papa, arveja, lechuga y hortalizas. Sus fiestas se realizan el segundo puente festivo de agosto, cada dos años.
Fotos | Luis Trejos | LA PATRIA
Sobre las vías es común ver a los habitantes en compañía de sus mulas o caballos.
Las casas y puertas de colores son el escenario perfecto para una foto.
Es común ver a los residentes reunidos en el parque hablando por horas.
Afuera de sus casas, algunos habitantes ofrecen sus productos en carretillas.
De ruana, sombrero y bien abrigados. Así se distinguen a los locales de los turistas.
La esquina de la carrera 9 con calle 3 es un punto de venta de papa para los murillenses.