Después de revelarse que el cuerpo del sacerdote Darío Valencia Uribe desaparecido desde el 25 de abril en Pereira, podría encontrarse entre el sector Acapulco y Belalcázar (Caldas), la diócesis de Pereira emitió un comunicado en donde pide prudencia. 

En el comunicado que emitió la Diócesis de Pereira tras revelarse que los restos mortales del sacerdote Darío Valencia Uribe podrían haber sido encontrados, según lo informado por la Fiscalía General de la Nación. El anuncio fue realizado por el Fiscal Cuarto Especializado, Andrés González, quien lidera la investigación.

El sacerdote Darío Valencia, reconocido líder de la comunidad episcopal, desapareció en circunstancias que aún se investigan, y el reciente hallazgo ha causado diferentes reacciones entre sus allegados y la comunidad religiosa.

La Diócesis expresó su pesar por la noticia, que enluta no solo a la familia del sacerdote, sino también a toda la comunidad. En su declaración, resaltaron el apoyo y las muestras de condolencia recibidas por parte de la ciudadanía, al mismo tiempo que destacaron el trabajo realizado por los investigadores y cuerpos institucionales encargados de la búsqueda.

"Agradecemos a todas las personas que han expresado su más sentido pésame. También queremos resaltar la importante labor de los fiscales e investigadores en esta compleja y dolorosa tarea," señaló el comunicado firmado por el obispo Rigoberto Corredor Bermúdez.

Esperan confirmación oficial

A pesar de las expectativas generadas, la Diócesis de Pereira hizo un llamado a la prudencia, solicitando esperar la confirmación científica de la identidad de los restos hallados, antes de emitir cualquier declaración definitiva. 

"Pedimos a la prensa y a la comunidad en general que se abstengan de emitir juicios apresurados sin bases sólidas," añadieron.

La Fiscalía continuará con las investigaciones correspondientes para establecer la certeza de los restos encontrados y su vinculación con la desaparición del sacerdote.

El pasado lunes, este medio informó que el hombre señalado de matar al presbítero, quien había huido a Francia, confesó que lo había enterrado entre La Virginia (Risaralda) y Viterbo (Caldas).

Según conoció LA PATRIA, el sujeto indicó que en ese lugar había una casa vieja, pero los investigadores se encontraron con dos edificaciones de ese tipo en el desarrollo de su trabajo. Cavaron varias veces, en varios lugares, hasta lograr el objetivo.

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