Monseñor Rigoberto Corredor pidió por la dignidad humana en un país violento como Colombia

Foto | Cortesía | LA PATRIA | PEREIRA | Monseñor Rigoberto Corredor pidió por la dignidad humana en un país violento como Colombia

En la Catedral Nuestra Señora de la Pobreza, de Pereira, una multitud de feligreses se reunió para despedir al padre Darío Valencia Uribe, cuyo cuerpo fue encontrado hace pocas semanas en una zona veredal de Belalcázar (Caldas).

Tras casi seis meses de desaparición, sus restos fueron hallados gracias a la confesión de Julián Eduardo, señalado como el presunto autor de su asesinato, actualmente recluido en una prisión en Francia.

La misa exequial, celebrada en la mañana de hoy 10 de octubre, fue un momento de recogimiento para que amigos, sacerdotes y la comunidad pereirana, presente con globos y flores blancas, le dieran un último adiós al presbítero oriundo de Risaralda, Caldas. 

Entre los asistentes, se destacó la presencia de José Norbey Gutiérrez Zuluaga, amigo cercano del padre Darío, quien le dedicó unas sentidas palabras. 

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“Como amigos, para mantener la memoria del Padre, empezaremos una fundación con el nombre de él, para hacer las obras que hacía en la tierra un sacerdote, de manera prudente y silenciosa, y nos dejó una huella, un mensaje y una enseñanza”, anunció entre lágrimas.

Monseñor Rigoberto Corredor, durante la homilía, reflexionó sobre la muerte, subrayando la importancia de la dignidad humana y la necesidad de perdonar. “La ley divina dice que la vida humana es sagrada”, afirmó el obispo, al tiempo que señaló que el cristianismo exige el perdón incluso ante la violencia. 

“Reclamamos la dignidad y el derecho a la vida, sí, pero ante un hecho cumplido tenemos que perdonar y tener misericordia”, añadió.

El sacerdote Darío Valencia Uribe, quien sirvió en diversas parroquias de la región, fue recordado también por su trabajo en la Universidad Católica de Pereira, donde fue rector. Su labor pastoral y educativa fue reconocida por quienes lo conocieron, destacando su dedicación con los jóvenes. 

Mientras la ceremonia avanzaba, las palabras de despedida se centraron en el legado del padre Darío, un hombre que dedicó su vida al servicio de los demás. 

“Le agradecemos al señor toda la obra excelente del padre, como alumno, como sacerdote, como rector del Seminario, como rector de la universidad, como amigo de los pastores, como sacerdote en las distintas parroquias”, dijo el obispo, recordando los múltiples roles que asumió el religioso a lo largo de su vida.

Corredor también dedicó palabras de solidaridad con las familias que, como la del sacerdote, han sufrido la desaparición forzada de sus seres queridos. “Nos solidarizamos por las madres que han perdido a sus hijos y que no saben dónde están”, señaló el obispo, lamentando la violencia que sigue afectando a Colombia. 

“Le pedimos al señor que tenga misericordia de Colombia, que es un país muy violento, que es un país que se volvió paisaje la vida humana y el desprecio por la vida humana. Defendamos la vida, defendamos la existencia y proclamemos, como iglesia, la dignidad humana”, concluyó, haciendo un llamado a la defensa de la vida y la dignidad humana.

El caso del padre Darío Valencia sigue siendo investigado por la Fiscalía de Pereira, que ha señalado a Julián Eduardo como el responsable de su desaparición y asesinato. 

El capturado confesó haber matado al sacerdote tras ser interrogado en Francia, donde permanece bajo custodia. 

Las autoridades lograron ubicar el cuerpo del sacerdote gracias a las coordenadas proporcionadas por el detenido, quien reconoció haber disparado cuatro veces contra el religioso y haber ocultado su cuerpo en una zona rural de Belalcázar, Caldas.

Las pruebas recolectadas por la Fiscalía, incluidas las evidencias encontradas en el vehículo del sacerdote y las confesiones del presunto responsable, apuntan a que el asesinato ocurrió en Pereira antes de que el cuerpo fuera trasladado a Viterbo. 

Mientras la investigación avanza, la comunidad sigue orando por el alma del padre Darío Valencia y por el consuelo de su familia y amigos, quienes continúan buscando respuestas ante esta trágica pérdida.

 


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